La Osteopatía
Nuestra salud depende en gran medida de la buena relación entre las diferentes partes y sistemas del cuerpo y el osteópata trabaja para proporcionar este equilibrio.
La Osteopatía considera especialmente los problemas mecánicos del cuerpo (aquellas áreas en las que no existe un buen movimiento) en relación al bienestar del individuo, y trabaja sobre la movilidad de las diferentes estructuras anatómicas para restaurar la función óptima de éstas y del organismo en general.
La Osteopatía examina al individuo en su conjunto y busca siempre la causa del trastorno o de la disfunción a través de una aproximación global y no únicamente sobre el área sintomática o que produce dolor. Se considera la persona como un todo tanto en su vertiente física, química y emocional donde la estructura (anatomía) y la función (fisiología) son totalmente interdependientes.
Así mismo, la Osteopatía pone especial énfasis en favorecer una buena circulación de fluidos por todo el organismo. La disminución de esta circulación implica una disminución de la capacidad de defensa de los tejidos, proporcionando un terreno favorable a la aparición de una disfunción o a la dificultad de recuperación de un tejido. Este concepto se extiende por la circulación arterial, venosa, linfática, líquido cefalorraquídeo, sinovial y nerviosa.
El tratamiento del osteópata se realiza a través de tres abordajes:
Una vez identificada y tratada la lesión osteopática, el cuerpo puede desarrollar su facultad inherente de volver a un equilibrio saludable.
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